Esta bella actriz surafricana que se dio a conocer en un famoso spot de la
marca de bebida Martini en la que un hilo de su falda se enganchaba a una silla
para ir deshaciendo esta prenda según se alejaba (si amigo lector, la dueña de
esas posaderas era Charlize Theron) ha logrado consolidar una interesante
carrera donde ha conjugado títulos más orientados a la taquilla con proyectos
más personales que en ocasiones ha llegado a producir, obteniendo superar el
escollo de “modelo metida a actriz” y siendo a día de hoy una respetada
intérprete en la meca del cine. De esta manera ha formado parte de títulos tan
interesantes como Pactar con el diablo (1997), Las normas de la casa de la
sidra (1999), La leyenda de Bagger Vance (2000), Monster (2003) cinta con la que
obtuvo el Oscar, En tierra de hombres (2005), En el valle de Elah (2007) o las
más recientes Prometheus (2012) o Mad Max, Furia en la carretera (2015) en una
fructífera carrera que se mueve a día de hoy entre los cuarenta títulos. Theron
ha demostrado no solamente sus dotes para el drama, sino que ha dejado patente a
lo largo de sus apariciones fílmicas que no existe un solo corte de pelo o
color de cabello que le quede mal, virtudes de contar con un rostro tan bello.
Sin embargo, hay que retrotraerse
hasta el año 1995, donde la actriz haría con veinte años su primera aparición
en el cine en la pésima tercera entrega de una saga de terror ya de por sí muy
mediocre. Se trata de Los chicos del maíz 3, que bajo el subtítulo de La
cosecha urbana, mostraba las primeras escenas rodadas por una jovencísima
Charlize. Su papel, aunque pequeño, es apreciable llegando a poder reconocerse
su intervención, vamos que no es un simple cameo visto y no visto, aunque no
llegaría a figurar su nombre en los títulos de crédito, tan siquiera los
finales, algo que a día de hoy tal vez sea un favor.
LOS CHICOS DEL MAIZ 3, LA COSECHA URBANA (1995) |
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