TROYA, 2004
(TROY) 163´ WOLFGANG PETERSEN
“Tú me diste paz en una vida de guerra.”
Aquiles
Obsesionada por
resultar a cada momento una película épica la cinta de Wolfgang Petersen naufraga
precisamente por buscar denodadamente una magnificencia que no le hace falta.
Contiene espléndidas escenas de batallas, unos medios técnicos holgados que
lucen en pantalla y una capacidad narrativa fuera de toda duda, todo ello sin
embargo resulta insuficiente para una película que busca el aura de clasicismo que
sin embargo no posee. Traiciona además en el camino a la propia historia
narrada por Homero en La Iliada siendo el episodio más estúpido aquel por el
cual la relación amorosa entre Aquiles y Patroclo se transforma aquí por arte de birlibirloque
moralista en relación familiar, lo que hace perder todo el sentido a como asume
el personaje de Brad Pitt la muerte de su amado, perdón, primo, y el posterior
enfrentamiento a muerte con Hector.
Otro de los errores
de esta super producción es la de ceder el protagonismo de una obra eminentemente
coral al personaje de Aquiles, por aquello de ser un Brad Pitt en el momento
más álgido de su carrera el encargado de darle vida, quien además compone este
personaje con una inusual artificialidad en el intérprete de Seven (1997). En
ese sentido el propio Eric Bana, antagonista en la ficción de Brad Pitt, ofrece
una actuación mucho más solvente y potente.
Una obra entretenida
pero que dista mucho de poseer ese aire de epicidad que pretende emanar desde
el minuto uno, siendo ese su principal escollo, el obsesionarse en tratar de
ser algo que no es.
ME GUSTA: La batalla
entre Héctor y Aquiles está estupendamente coreografiada.
NO ME GUSTA: Orlando
Bloom está a la altura del personaje ficticio al que da vida, esto es,
patético.
FRASE RESUMEN: El
exceso de magnificencia trata de ocultar una película digna pero poco más.
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