Sin
ser su director un hombre acostumbrado a filmar escenas de sexo, la película de
Zack Snyder aborda el encuentro sexual entre los personajes de Espectro de Seda
y Búho Nocturno en una secuencia llena de elegancia, mostrada a ritmo de cámara
lenta y enmarcada por la soberbia canción de Leonard Cohen Hallelujah, una
excelente elección por la forma en que es utilizada en la escena. De esta
manera toda la relación sexual irradia un estilo visual y estético
tremendamente cuidado donde no hay lugar para la improvisación y que acaba
complementándose con un aire de sorna francamente divertido que finaliza con
ese lanzamiento de la llamarada como metáfora orgásmica y que es expelida por
la nave Archie. Hallelujah.
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