UN DOMINGO CUALQUIERA, 1999
(ANY GIVEN SUNDAY) 144´ OLIVER STONE
“Jugada
a jugada, pulgada a pulgada hasta el final.”
Tony D´Amato
Oliver Stone
presenta un drama deportivo que deja un sabor de boca agridulce, ya que se
antoja podría haber acabado siendo mejor película de lo que finalmente es.
Partiendo de numerosos viejos conocidos dentro de este subgénero
cinematográfico (el entrenador en horas bajas, la vieja estrella del deporte,
el novato bravucón…) la cinta termina quedándose en lo superficial de estas tramas
argumentales teniendo además como tiene metraje de sobra para haberlas desarrollado más.
Y es que el director
ha volcado todos sus esfuerzos en presentar un montaje realmente vibrante,
lleno de recursos originales y sorprendentes (la conversación entre D´amato y
Beamen con insertos de Ben Hur es genial), en filmar largas y espectaculares
secuencias que muestran toda la épica del fútbol americano. Lo malo es que para
centrarse en este aspecto ha dejado de lado como apuntábamos antes la historia,
siendo esta la excusa para la hipérbole visual que es Un domingo cualquiera.
Apoyado de un grupo
de estupendos actores aunque en este
caso con cierta tendencia a la sobreactuación, Oliver Stone mete mano a uno de
los deportes nacionales de Estados Unidos, dejando en la película su sello
particular.
ME GUSTA: Que no
teniendo idea de fútbol americano logre vibrar tanto con los partidos, ahí
Stone ha logrado su objetivo.
NO ME GUSTA: Ver a Al
Pacino en modo piloto automático.
FRASE RESUMEN: Testosterona,
músculos y discursos con ínfulas grandilocuentes, bienvenido al espectáculo.
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