jueves, 17 de diciembre de 2015

SHOWGIRLS

Showgirls está trufada de sexo, plagada de sexualidad y carnalidad, cada poro, prácticamente cada fotograma exuda erotismo en una apuesta a todo o nada que Verhoeven, un enfant terrible de la industria, lanzó contra ese falso puritanismo norteamericano. Si bien la interpretación de Elizabeth Berkley en la cinta es discutible por su facilidad a la hora de pasarse de frenada en su actuación, no podemos negar la indudable sexualidad que desprende el personaje de Nomi Malone. Son multitud las escenas para el recuerdo protagonizadas por la actriz de Salvados por la campanada (algo que por cierto provocó cierto revuelo por la proveniencia de la actriz principal de una serie tan blanca) a lo largo de las dos horas de película; el primer striptease, la escena del lap dance, su sensual baile con James Smith… Cualquiera de ellas habría encajado a la perfección en este apartado aunque la elección del polvo en la piscina con el repulsivo Zack Carey es un buen ejemplo del bizarrismo en la puesta en escena, la casi parodia en la que se convierten las secuencias de sexo, donde el trazo grueso y el exceso son los baluartes principales. El sexo es un arma más para conseguir los objetivos y así es como se presenta en una película donde no hay príncipes azules ni finales felices. Al fin y al cabo estamos en Las Vegas, y no se la conoce como "la ciudad del pecado" en balde. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario