Miller
plasmó en Sin City todo aquello que más le gustaba dibujar, violencia sin
freno, coches, pistolas, y mujeres hermosas. Y Rodríguez reproduce fielmente
ese universo en su adaptación cinematográfica. Es por ello que las dos entregas
filmadas están plagadas de bellas mujeres, con cierta predilección por el
recurso de la femme fatale y con la obsesión por resaltar su sexualidad como un
arma a utilizar. Tal es el caso del personaje interpretado por Eva Green en la
segunda entrega, lo que nos permite disfrutar de la actriz completamente
desnuda en prácticamente cada fotograma en el que aparece. Sin embargo si he de
decantarme por un ícono de mujer dentro del universo de Sin City ese sería el de
Lucille, aunque secundario, uno de los pocos personajes positivos de la trama. La bella Carla
Gugino lograba transmitir una interesante dicotomía entre un rostro de belleza
inocente frente a un cuerpo voluptuoso y pecaminoso, tal como se transmite en
la secuencia en la que acoge en su casa a un Marv herido tras su encontronazo
con la policía. Puro Sin City.
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