EL CLUB DE LA LUCHA, 1999
Una mezcla de géneros
que pasan por la comedia, la acción, la intriga y el thriller que David Fincher
maneja con sobrada solvencia amparándose para ello en una sobredosis de
técnicas cinematográficas y de inapreciables pero necesarios efectos visuales
que brindan que toda la locura y caos narrativo que posee la obra literaria de
Chuck Palahniuk en la que se basa la cinta engranen perfectamente en una
apuesta arriesgada que sin embargo sale bien.
Como espectador hay
que dejarse llevar sin ambages por este tour de force de puro delirio visual
que bajo una patina fotográfica de tonos ocres y apagados nos arrastra a una
montaña rusa llena de matices y planos que cobran relevancia en sucesivos
visionados, toda una experiencia cinematográfica que logra llevar a la
extenuación al espectador.
David Fincher toma
una base literaria compleja y difícil de adaptar para construir un título igualmente
arriesgado que de alguna manera marcaría el estilo fílmico de un autor con una
amplia capacidad técnica a la hora de presentar sus películas. El club de la
lucha es uno de sus piedras angulares.
ME GUSTA: La
impresionante presencia visual de la casona en la que viven los dos
protagonistas.
NO ME GUSTA: Ver a Edward
Norton ponerse en pie tras su necesaria y contundente decisión final.
FRASE RESUMEN: Prepárense
para partirse la cara y perder algún diente por el camino.
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