jueves, 23 de junio de 2016

NAOMI WATTS


Una actriz de esas que parecen perfectas en todos los ámbitos de su vida. Poseedora de una belleza clásica y que para nada hace ver el casi el medio siglo de vida de la intérprete, casada con el también actor Liev Schneider en uno de los matrimonios más sólidos y normales dentro de la industria de Hollywood, madre de dos niños rubios de esos que parecen de catálogo…Y eso solo en el terreno personal. Como actriz se ha logrado consolidar como una todoterreno eficaz en todo tipo de películas y de géneros. Da igual se trate de superproducciones como el King Kong de Peter Jackson, sagas con ínfulas de revienta taquillas que es lo que le sucede a Divergente y secuelas, cine independiente con directores de la talla de David Cronenberg o David Lynch, quienes la han dirigido en títulos como Promesas del este o Mullholan Drive respectivamente. Incluso ha prestado su imagen a fenómenos cinematográficos patrios como Lo imposible.


Pero todos tenemos un pasado, y en este caso el pasado profesional de Naomi Watts no es para enorgullecerse precisamente, siendo en su caso dos los títulos a destacar. La longeva y nefasta saga de terror Los chicos del maíz en su cuarta entrega cuenta con el protagonismo de la actriz, pero si hay una película a recordar esa es Tank Girl. Del año 1995 está dirigida por Rachel Talalay, quien después de firmar la peor entrega de la franquicia Pesadilla en Elm Street, haría lo propio destrozando el tebeo de origen británico y considerado casi de culto Tank Girl. Conceptualmente pueril, la película tropieza como cinta de corte post apocalíptico sin gracia donde pretende ser graciosa y sin garra donde pretende ser adrenalítica. Así, entre una Lori Petty cargante y una legión de mutantes hombres canguro nos encontramos a una Naomi Watts totalmente morena intentando aparentar dignidad vestida con los más horteras uniformes y haciendo las veces de escudera de la protagonista. Un desastre que por otra parte hace congratularnos de ver que, como decían en Con faldas y a lo loco, nadie es perfecto. Y Naomi Watts tampoco.

TANK GIRL (1995)

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