INDEPENDENCE DAY, 1996
(INDEPENDENCE DAY) 145´ ROLAND EMMERICH
“Hoy celebramos nuestro día de la independencia.”
Presidente Whitmore
Roland Emmerich
logró construir en base a su película más taquillera y conocida todo un estilo
de hacer películas, caracterizado por repartos de protagonismo coral, situaciones
límites rayando con lo ridículo, destrucción masiva a ser posible de lugares
icónicos y toneladas de subidones de adrenalina.
Si bien es cierto
que Independence day parte de una historia poco original con una resolución y
unos golpes de efecto predecibles y con agujeros de guion más que evidentes, hay que dejar de lado el
análisis sesudo y crítico de los actos que componen la cinta para dejarse
llevar por un espectáculo donde los efectos especiales, el carisma de sus
protagonistas y una potente banda sonora que enmarca las secuencias de mayor
epicidad son los grandes protagonistas, llevando al espectador a un disfrute de
la película que hoy, veinte años después de su estreno, sigue siendo casi igual
de válido.
Independence Day fue
uno de esos títulos que marcaron el camino y pusieron sobre la mesa el
potencial de los efectos especiales a la hora de ayudar a contar historias,
abriendo la veda a plasmar en la pantalla grande todo aquello que los
guionistas fueran capaces de imaginar, incluso arrasar la Casa Blanca, algo a
lo que Roland Emmerich cogería afición. Un blockbuster con todas sus virtudes y
defectos, un blockbuster consecuente.
ME
GUSTA: Será todo
lo “americanada” que se quiera, pero el discurso del Presidente Whitmore sigue
poniéndome los pelos como escarpias.
NO
ME GUSTA: Hay momentos en lo que tensa demasiado la cuerda a la hora de ser
graciosa, épica o dramática.
FRASE RESUMEN: El tótem
de una nueva generación de cine de catástrofes.
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